Adictos a la 'periodismoterapia'


La comunicación se debate entre la reinvención o la muerte. El periodismo agoniza, busca su hueco con contenidos de calidad que cada vez aprecia menos gente. Empieza a ser cosa elitista incluso.

Pero los que nos dedicamos a la materia en cuestión, quienes de verdad creemos en el poder de algo bien escrito, de un texto bien diseñado, de una noticia contrastada, sabemos que lo vale, que merece la pena empeñarse en ello y ahí seguimos.

Practicamos la 'periodismoterapia'. En esencia, el tratamiento consiste en un ejercicio de sanación con el que se tonifican todos los músculos de la pasión por la escritura. Se practica cada día por obligación laboral o cuando el ansia de placer escritor aparece. Pero, sobre todo, se lleva en la sangre, digamos, que sale solo, sin esfuerzo y que genera bienestar interior.

Su práctica podría asemejarse a la del zen, el yoga o el taichi. La 'periodismoterapia' tiene mucho de esencia oriental, esa inteligencia de la que nos estamos nutriendo todo el planeta. Dijo Confucio una vez "elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida". Pues eso.

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